Ese amigo informático

La impresora del amigo

Nov 262014

Normalmente este tipo de historias comienzan con una llamada telefónica en la que te preguntan quétal te va la vida, por la familia y antes o después del motivo real de la llamada te animan a quedar un día para tomar algo. También suelen resultar como fruto de una conversación en una reunión de amigos comenzando con la frase, “Oye Paco tengo un problema con el ordenador, túno sabrás como ..:”

En este caso el comienzo es difuso. Se inicia con una pregunta un día:

-    Oye, ¿cómo se instala Windows XP?

-    Tienes que tener un disco con Windows XP, lo metes en la unidad de CD, cuando te indique instalar dices que aceptar y sigue el proceso.

-    Ya, pero entonces, ¿cuándo le digo instalar?

-    Te saldráun pantalla azul en la que apareceráun mensaje más o menos como: ¿quiere instalar? En ese momento aceptas y comienza la instalación.

-    ¿Y esto me formatea?

-    Puedes decir que formatee o que no. Si tienes una instalación anterior puedes salvar los datos, pero para una instalación limpia, formatea.

-    ¿Y si quiero salvar los datos? Bueno a ver si quedamos y me pasas un disco con el sistema.

La conversación continúa asídurante diez minutos y no vuelvo a saber nada sobre la misma. Ingenuo de mípienso que el problema estásolucionado.

Al cabo de una o dos semanas recibo una llamada, miro el número y digo: ¡Anda!, mi amigo Javier. Javier dice:

-    Hola, no sési te acordarás (¡cómo olvidarlo!), pero estoy con la instalación de Windows XP.¿Cuándo sale la pantalla azul indico que formatee?

-    Síindícalo

-    ¿pero entonces pierdo los datos?

-    Si no has sacado copia (horror, por quédije esto) entonces tendrás que volver a encender el ordenador guardar los datos importantes y luego empezar la instalación.

-    Vale, ¿y cómo hago la copia de seguridad de los datos?

[…]

-    Vale, ya he sacado la copia, gracias por estar al teléfono, ¿no te estaréinterrumpiendo? ( No, por supuesto, lo mejor que tenía que hacer hoy en la vida era estar una hora al teléfono explicando la instalación de un sistema que tiene ocho años y cuyos manuales se encuentran en google a patadas). ¿Cómo hago para instalar? Me dice que tiene dos particiones. Una C: sistema y otra D: Datos. (¿Quién inventaría las particiones?)

-    Nada, no te preocupes. Marca las dos di que formato y empiezas la instalación.

-    Gracias, si tengo algún problema te vuelvo a llamar.

-    De nada. (Por Dios, no me vuelvas a llamar).

Pasan cinco minutos.

-    Hola, soy yo otra vez, que me pide un número de serie.

-    ¿El anterior sistema no tenía un número de serie?

-    No lo sé, este ordenador tiene ya seis años y el que me lo montóme puso el sistema. (Caramba, el que lo montóque cobróen su momento se ha librado de que le llames y además te tengo que dar un número de serie pirata, genial. A todo esto, ¿por quéno te compras un equipo nuevo?).

-    Bueno, sabes que debería tener un licencia.

-    Ya, pero esto funciona pirata, ¿no?

-    Sí, puede funcionar, pero tendrás limitaciones …

-    Nada, si se puede pirata, pirata.

[…]

Pasan unos días. Tengo la mosca detrás de la oreja, porque nunca hablamos de Office, ni de otros programas y me temo lo peor.

Suena el teléfono, es Javier. No lo cojo. Suena el teléfono, es Javier. No lo cojo. Suena el teléfono, es Javier. Me niego a cogerlo. Recibo un mensaje, es Javier: Llámame, necesito que me ayudes con el ordenador. ¡Joder!, si es que soy adivino. Contesto al mensaje: En cuento pueda te llamo. Lo malo es que es así, yo le llamo, pago la llamada y le explico como va. Javier es raro que llame, si puede, le llamas tú. Es por no gastar.

Otras veces llama y no lo cojo, ni contesto sus mensajes.

Pasan unos días y me encuentro con Javier:

-    El otro día te llaméy te dejéun mensaje, pero al final no hablécontigo. Tienes que ayudarme con el ordenador. A míme viene bien el martes por la mañana (este hombre no recuerda que me gano la vida trabajando, principalmente por la mañana y por la tarde los días de diario).

-    Ya, bueno, últimamente ando liado trabajando. No tengo un rato libre. ¿Te viene bien el sábado por la mañana?

-    No , los sábados, lo tengo fatal, salgo y eso. ¿No te viene bien el martes o el miércoles?

-    El domingo por la mañana.

-    Pero que no sea muy pronto.

-    Harélo que pueda, pero luego tengo cosas que hacer y es cuando mejor me viene.

Llega el domingo. Voy preparado con todo mi arsenal informático (programas, sistemas, pendrives, cables, destornilladores, almax, aspìrinas …, y paciencia, mucha paciencia).

-    Hola, aquíte estaba esperando.

-    Ya, vamos a ver. He pensado (¿por quépienso?) que puedo instalarte la última versión del sistema operativo porque va más rápido.

-    ¿Y me arreglaré?

-    Supongo que sí, además mejora casi todo.

-    Yo me fío de ti (no se fía nada). Ya me instalas los programas de oficina, un compresor, el Acrobat, Mozilla, y uno para hacer vídeos, tengo una cámara que también quiero poner, la impresora, el escáner…

-    Vale (ya llegó, tengo que hacer la instalación completa).

Comienza la instalación, dos horas pasan y se acaba, eso creo.

-    Bueno, pues ya lo tienes.

-    Parece que va bien. Voy a comprobar que estétodo. Oye, ¿y la impresora y el escáner?

-    Vaya, perdona, vamos a buscar los controladores, la impresora casi seguro que se instala sin problemas, pero los escáner tienen una vida limitada por los fabricantes y no estoy seguro de poder ponértelo.

-    Es que yo los necesito.

-    Ya, bueno, tienes escáners desde 30€e impresoras también muy económicas.

-    Es que lo uso poco y estos me iban bien. Además con XP funcionaban. ¿Por quécon este no van a funcionar? (juraría que se lo acaba de explicar).

Busco los controladores, el escáner no aparece. Sólo hay una referencia como dispositivos obsoletos en la web del fabricante y la última versión es de XP. La impresora no tiene controladores para el nuevo sistema. La he cagado.

-    Mira, no se puede.

-    Pues lo necesito. otro día vienes y me lo montas. (Da por supuesto que voy a poder hacer lo imposible, a encontrar lo inencontrable, no puedo más).

-    Vale, venga, otro día nos vemos.

Me llama, me manda mensajes, me escribe correos. (Ya séque tiene correo, lo que no sées desde donde los manda porque no tiene contratada línea adsl).

Desde hace una semana me envía whatsapps (no sécómo lo hace porque no tiene paquetes de datos en el móvil).

Me escabullo. No contesto. Insiste. Un día, le envío un enlace de un programa que encuentro que permite hacer funcionar los escáners antiguos en sistemas nuevos y un controlador universal para la impresora.

Recibo un mensaje:

-    Muchas gracias, el escáner me ha funcionado. La impresora no. Tienes que venir a arreglarme lo de la impresora (¿Por quétengo que ir a arreglarle lo de la impresora?¿A cuenta de lo que cobrépor lo anterior? ¿Porque (no) le vendíel ordenador? ¿Por qué?).

-    Bueno, ya quedamos un día (no puedo, es un amigo de muchos años, pero le voy a mandar a la mierda en breve).

Pasan unos días, recibo llamadas y mensajes. No contesto.

Al cabo de un mes un cliente me regala una impresora y veo el cielo abierto. Esta es para Javier.

Le llamo:

-    Javier, hola, tengo una impresora que me han pasado, es un poco antigua, pero puede resolverte el problema.

-    Ya, pero no quiero gastarme mucho (Nadie le ha dicho quécuesta, pero él ya indica que pelas no se quiere gastar y euros, menos).

-    No, es una impresora que me han dado y te la regalo.

-    ¿Cuándo nos vemos? tenemos que vernos.

-    Ya estos días lo tengo complicado. El trabajo, la familia…

-    ¡Joder!, parece que todo el día estuvieras trabajando (lamentablemente yo también).

-    Bueno, ya quedamos.

Durante varias semanas recibo llamadas y mensajes: Tenemos que quedar para vernos (ahora es para vernos, no hay un interés de por medio), A ver si nos vemos. Casualmente estoy cerca de tu casa, si te viene bien me acerco. ¿Quedamos este fin de semana?

Ayer casi quedo para entregarle la impresora, pero prefiero mantener la agonía…

[Continuará] 

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